Te has preguntado alguna vez ¿qué valor tengo yo como persona? ¿No tengo nada de valor que ofrecer al mundo, mucho menos algo que ofrecer para emprender? ¿Te has sentido como si NO fueras «suficiente» para construir un negocio con lo que ya sabes o con lo que eres? Te puede ocurrir tengas o no títulos, diplomas, certificados, o cualquier formación a cualquier nivel. ¿Te has preguntado si realmente tienes algo valioso que ofrecer al mundo?
Si te identificas con esto, déjame decirte que has sido víctima de la depresión y de una de las mentiras internas más peligrosa de nuestra época: la falsa ecuación entre valor material y el valor humano. Muchas personas cargan con esa sensación silenciosa que percibes como vacío… pero podría ser en realidad el punto de partida de tu autenticidad, tu libertad y tu futuro negocio.
Cuestionémonos por un momento sobre: ¿En qué se basa el valor de una persona? ¿En qué se basa el valor de una vida? ¿Qué valor tiene una persona? Esta es una cuestión fundamental que debemos respondernos a nosotros mismo, incluso, mucho antes de emprender. Y no es algo para menos, esto, ha sido contemplado desde múltiples perspectivas a lo largo de la historia. Voy a enfocarme en darte una verdad liberadora que transformará no solo tu perspectiva sobre ti mismo y los demás, sino también de tu capacidad para crecer como persona y crear un negocio auténtico y rentable.

La mentira que sabotea tu identidad
Imagina por un momento que el cuerpo humano fuera tratado como materia prima. Los científicos han calculado que los elementos químicos básicos que componen tu cuerpo – carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, calcio, fósforo – tienen un valor de mercado de aproximadamente $5 dólares.
Cinco dólares. Eso es todo. Materialmente NO valdríamos NADA en absoluto. Steve Jobs, La Madre Teresa, Albert Einstein, y tú – todos tenemos exactamente el mismo «valor» como materia prima. Cinco dólares de elementos químicos.
¿Qué hace la diferencia entonces? ¿Por qué algunos de estos «cinco dólares de materia prima» cambiaron el mundo mientras otros se sienten insignificantes?
Desde una perspectiva humanística, el valor de cada persona es intrínseco y universal. No depende de logros, capacidades, productividad o circunstancias externas, sino que existe por el simple hecho de ser humano. Esta dignidad inherente es la base de declaraciones como la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Y si bien, algunas culturas indígenas efectivamente utilizaban huesos humanos para instrumentos musicales, herramientas y objetos ceremoniales. Esto no reflejaba una desvalorización de la persona, sino una comprensión diferente de la continuidad entre vida y muerte, y el honor de que los antepasados siguieran «participando» en la vida comunal.
Tampoco, el valor de una persona NO reside en su cuerpo como materia prima. Una persona no vale más por tener un cuerpo más grande, fuerte, o con elementos químicos más raros. El cuerpo es el vehículo temporal de la persona, pero la persona – su conciencia, su capacidad de amar, sufrir, CREAR SIGNIFICADO – trasciende completamente cualquier consideración material.
Desde una perspectiva más científica, Los neurocientíficos han descubierto algo extraordinario: cada cerebro humano contiene aproximadamente 86 mil millones de neuronas, cada una conectada a miles de otras, creando más de 100 billones de conexiones sinápticas.
Esto significa que tu cerebro tiene más conexiones que estrellas en toda la galaxia.
Pero hay algo aún más impactante: la configuración exacta de estas conexiones en tu cerebro es absolutamente única. Nunca ha existido, ni existirá jamás, otra persona con tu misma configuración neural.
En ese sentido, tu combinación es única, llena de:
- Experiencias vividas
- Perspectivas desarrolladas
- Patrones de pensamiento
- Formas de procesar emociones
- Maneras de conectar ideas
- Estilos de comunicación
Es literalmente irrepetible en toda la historia del universo.
Desde enfoques religiosos y espirituales, muchas tradiciones sostienen que cada vida tiene un valor sagrado, ya sea por ser creación divina, por poseer un alma, o por formar parte de una conexión espiritual más amplia con el universo.
La filosofía ha explorado diversas bases para el valor humano: la capacidad de razonar y ser consciente (Kant), la capacidad de sufrir y experimentar (utilitarismo), o simplemente la pertenencia a la especie humana.
Sin embargo, en lo que se coincide es que el valor de una persona se manifiesta a través de sus relaciones, su impacto en otros, su capacidad de amar y ser amado, sus contribuciones únicas al mundo, y su potencial para el crecimiento y la experiencia.
Entonces, cada vida tiene un valor inconmensurable porque cada persona es irrepetible: nadie más tendrá exactamente su perspectiva, sus experiencias, su forma de ver y tocar el mundo. Esta singularidad hace que cada pérdida sea irreemplazable.
Por lo tanto, el valor de una persona trasciende cualquier medida externa. Reside en su humanidad misma, en su capacidad de sentir, de conectar, de CREAR SIGNIFICADO, y de contribuir al tejido humano de maneras que a menudo son invisibles, pero profundamente importantes.
Y aquí es donde se fundamenta la filosofía base para todo emprendedor, en la capacidad de sentir, de conectar, de CREAR SIGNIFICADO, y de contribuir al tejido humano.

Pero entonces, ¿Qué pasa con el ¿”Tanto Tienes, Tanto Vales”?
Ese dicho refleja una realidad social muy extendida, pero confunde valor económico con valor humano fundamental, y refleja una confusión devastadora entre dos conceptos completamente opuestos:
- Cuánto dinero, posesiones o estatus social ha logrado una persona (Valor de mercado)
- Tu dignidad, potencial y contribución única como ser humano a la humanidad o a una persona diferente de ti (Valor humano intrínseco)
¿De dónde nace el sentimiento de no tener valor?
Esta confusión no es accidental. Es el resultado de décadas de condicionamiento social que beneficia a sistemas que necesitan que te sientas inadecuado para venderte soluciones. Este sentimiento no es casual. Tiene raíces sociales, familiares, e incluso culturales. Pero no es tu verdad.
Pero la realidad es que el valor de mercado puede fluctuar, perderse, o ser quitado. El valor humano intrínseco es permanente e inmutable.
En muchas sociedades, especialmente las más materialistas, las personas sí son frecuentemente juzgadas y tratadas según su riqueza, posesiones o estatus económico. En este sentido, el dicho describe una dinámica social real: quien tiene más recursos a menudo recibe más respeto, atención, oportunidades y poder social.
Esta valoración basada en posesiones materiales afecta decisiones sobre quién recibe mejor atención médica, educación, justicia, o incluso respeto básico. Es una realidad que no podemos ignorar.
Sin embargo, una persona sin recursos económicos no vale menos como ser humano. Su capacidad de amar, sufrir, crear, soñar, CONTRIBUIR A LAS VIDAS DE OTROS, no disminuye por tener menos dinero. La historia está llena de personas que vivieron en pobreza, pero cuyo impacto humano fue inmenso.
Cuando internalizamos esta mentalidad, comenzamos a medirnos y medir a otros por criterios externos y superficiales. Esto puede generar una constante sensación de inadecuación, competencia tóxica, y la pérdida de vista de lo que realmente nos hace valiosos como personas.
Vivimos en una tensión constante entre reconocer que el dinero importa prácticamente para la supervivencia y las oportunidades, mientras mantenemos claro que no define nuestro valor esencial como seres humanos.
El verdadero desafío es navegar el mundo material sin perder de vista nuestra humanidad fundamental
Y no es para menos. Para entender la importancia crítica de esta distinción, debemos examinar uno de los capítulos más oscuros de la humanidad: el Holocausto Nazi.
Los nazis cometieron la atrocidad más sistemática de la historia precisamente porque redujeron a las personas a «materia prima» y «utilidad económica». Midieron el valor humano por:
- Productividad laboral
- Características físicas
- «Utilidad» para el estado
- Capacidad de generar recursos
El resultado: 6 millones de judíos y millones de otras personas fueron asesinadas porque fueron valuadas como «objetos» en lugar de seres humanos.
El horror de los campos de concentración ilustra perfectamente por qué esta distinción es vital. Cuando una sociedad comienza a valorar a las personas por su «utilidad material» – su capacidad de trabajo, sus características físicas, su «productividad» – se abre la puerta a atrocidades inimaginables
Los nazis redujeron a las personas a «recursos» y «experimentos». Esa deshumanización fue el primer paso hacia el genocidio. Esta no es solo una lección histórica. Es una advertencia urgente sobre lo que sucede cuando confundimos valor material con valor humano. Cada vez que te dices «no valgo nada porque no tengo dinero», estás usando la misma lógica destructiva que permitió las mayores atrocidades de la historia.

La verdad sobre tu valor personal.
Los Negocios Más Exitosos Se Basan en Valor Humano, No Material. Tu historia, tus heridas, tus ideas únicas… todo eso tiene valor. Pero si no lo ves, no podrás usarlo.
Estudios de Harvard Business School han demostrado que las empresas que se enfocan en crear significado y valor para sus clientes superan a sus competidores en rentabilidad por un 400%.
¿Por qué? Porque cuando las personas sienten que están recibiendo algo genuinamente valioso – algo que mejora sus vidas, les da esperanza, o les ayuda a crecer – están dispuestas a pagar precios premium.
Por lo tanto, Valor Real = Autenticidad × Impacto × Singularidad
- Autenticidad: Tu perspectiva única basada en tus experiencias reales
- Impacto: Cómo tus ideas, productos o servicios mejoran la vida de otros
- Singularidad: Lo que solo tú puedes ofrecer debido a tu combinación única de habilidades y perspectivas
Esta fórmula es más poderosa que cualquier estrategia de marketing porque está basada en verdad, no en manipulación.
El impacto no depende tanto de la profesión, títulos, dinero o negocios que tengas sino de cómo se ejerce. Un contador que ayuda a familias a administrar mejor sus recursos puede tener un impacto profundo. Un conductor de autobús que trata a cada pasajero con dignidad puede cambiar días enteros.
Lo que realmente importa es la intención, la dedicación, y la conciencia de que cualquier trabajo puede ser un vehículo para servir a otros y contribuir al bien común.
Tu valor no depende de logros externos o comparaciones con otros. Cada persona tiene una combinación única de experiencias, perspectivas y capacidades que nadie más posee. Incluso en momentos de oscuridad, su simple existencia ya ha tocado vidas de maneras que quizás no reconocen. En lugar de vender productos, estás vendiendo significado. Los negocios más exitosos y satisfactorios son aquellos donde las personas sienten que están contribuyendo a algo más grande que ellos mismos. Cuando alineas tu vida con tu propósito de crear valor para otros, el éxito financiero a menudo sigue naturalmente.
Cómo descubrir tu valor oculto
Empieza con preguntas simples: ¿Qué problema has superado? ¿Qué te obsesiona entender? ¿Qué haces sin esfuerzo? Toda nuestra experiencia de vida crea valor, profundicemos aún más.
Cuando perdemos a alguien querido, recordamos sus palabras de aliento, su manera de ver el mundo, cómo nos hicieron sentir seguros o amados. Recordamos las lecciones que nos enseñaron, a veces sin saberlo. Eso que permanece – ese impacto en nuestras vidas – es totalmente intransferible e invaluable.
Por eso digo que, si quieres saber qué negocio emprender, ve a un funeral, sabrás lo frágil que es la vida, el impacto que tuvo esa persona en ti y en los demás; y como tú quieres también crear significado para otros antes de partir de este mundo.
Piensa en alguien que hayas perdido – un padre, una madre, un mentor, un amigo cercano.
Cuando esa persona murió, ¿qué perdiste realmente?
- ¿Sus posesiones materiales?
- ¿Su cuenta bancaria?
- ¿Su casa o su auto?
Por supuesto que no.
Lo que perdiste fue:
- Su forma única de verte y hacerte sentir valioso
- Sus palabras de aliento en momentos difíciles
- Su perspectiva particular sobre la vida
- Las lecciones que te enseñó, a veces sin saberlo
- Su manera específica de entender y explicar el mundo
- El significado que creó en tu vida
Esto es lo que realmente importa. Esto es lo que constituye valor verdadero. Y adivina qué: TÚ tienes exactamente la misma capacidad de crear este tipo de valor en las vidas de otros.

No necesitas ser un experto: La Trampa de la Comparación Tóxica
La razón por la que te sientes «sin valor» para crear un negocio es porque estás comparando tu valor intrínseco con métricas externas:
- «No tengo suficientes seguidores en redes sociales»
- «No tengo un MBA»
- «No vengo de una familia rica»
- «No tengo conexiones importantes»
- «No soy lo suficientemente joven/viejo/atractivo/inteligente»
Cada una de estas comparaciones está basada en la falsa premisa de que el valor viene de afuera.
La Verdad Liberadora
Tu capacidad para crear valor NO depende de:
- Cuánto dinero tienes
- Qué títulos posees
- Cuántos contactos conoces
- Qué tan «perfecto» te ves en Instagram
Tu capacidad para crear valor depende ÚNICAMENTE de:
- Tu voluntad de ser auténtico
- Tu deseo de ayudar a otros
- Tu disposición a compartir tu perspectiva única
- Tu compromiso con el crecimiento personal
- Estar un paso adelante de alguien que aún no ha recorrido tu camino.
Cada enseñanza recibida por alguien que falleció es particular a cada individuo. Tu forma única de ver el mundo, de explicar las cosas, de conectar con otros, solo tú la tienes. Eso significa que hay personas que solo tú puedes ayudar de la manera específica que necesitan.
Piensa en alguien que haya impactado positivamente tu vida. Raramente recordamos a esas personas por lo que tenían, sino por cómo nos hicieron sentir y lo que nos enseñaron. Esa es la prueba viviente del valor que cada uno puede crear.
Tu valor puede ayudarte a crear un negocio real
Tu mensaje tiene el poder de cambiar vidas porque viene de una comprensión profunda de lo que realmente importa. ¿Te gustaría que te acompañe a descubrir tu primer valor y crear algo con él? Escríbeme, te escucho. Son tus historias reales, no gurús, personas comunes como tú, las que redescubrieron su historia, la compartieron y comenzaron desde ahí. Tú puedes ser una de ellas.
Entonces, cuando dices: “No tengo nada de valor, nada que ofrecer al mundo”, es el mapa secreto para construir un negocio auténtico. Te muestro cómo convertir tus heridas, fracasos y esa voz que dice ‘no sirves’ en tu ventaja única (con neurociencia de por qué funciona).
- No busques ‘pasivos’ ni ‘habilidades premium’. Tu primer valor está en eso que das por sentado: esa lucha que superaste, esa forma rara de ver el mundo, incluso tu inseguridad.
- No es ‘encontrar tu propósito’. Es excavar en tu propia historia y decir: ‘¿En qué momento me sentí más humano?’. Ahí está tu negocio.
- No es ‘haz lo que amas y el dinero llegará’. Es: ‘Aprende a traducir tu humanidad en soluciones que la gente necesite (y pague)’.
Si te pasa esto: Estás en una fiesta y alguien pregunta ‘¿a qué te dedicas?’. Tragas saliva y dices algo genérico mientras piensas: ‘En realidad, no soy especial en nada’.
Aquí está el problema: No es que no tengas valor. Es que te han entrenado para ignorarlo.
Tal vez hoy no tengas seguidores, ni ideas claras, ni recursos. Pero tienes algo que pocos se atreven a mirar: tu esencia. Los diplomas, los seguidores, el dinero… son métricas prestadas. La verdadera pregunta es:
¿Qué has vivido que otros no? ¿Qué has entendido a las malas? ¿Qué versión de ti resurge siempre, sin importar cuántas veces caigas? Eso —sí, eso que estás menospreciando ahora— es tu primer ladrillo para construir algo real. Y hoy, te daré una Metodología de Transformación que te ayude a pasar de Bloqueado a Brillante:
Paso 1: El Inventario de Valor Oculto
Haz una lista honesta de:
- Cada experiencia difícil que has superado
- Cada lección que has aprendido de tus errores
- Cada momento en que has ayudado a alguien
- Cada perspectiva única que has desarrollado
- Cada habilidad que has cultivado, sin importar cuán «simple» parezca
Revelación impactante: Esta lista contiene más valor que cualquier diploma, conexión o capital inicial.
Paso 2: El Ejercicio de Replanteamiento Mental
En lugar de preguntarte «¿Qué puedo vender?», pregúntate:
- «¿Qué problema he resuelto en mi vida que otros también enfrentan?»
- «¿Qué perspectiva tengo que podría ayudar a alguien?»
- «¿Qué experiencia he vivido que podría inspirar a otros?»
- «¿Qué habilidad he desarrollado que podría enseñar?»
Paso 3: La Prueba del Significado
Para cada idea de negocio que consideres, aplica esta prueba:
- ¿Esto realmente mejorará la vida de alguien?
- ¿Estoy siendo auténtico con mi experiencia y perspectiva?
- ¿Puedo hacer esto con integridad y orgullo?
- ¿Esto está alineado con quien realmente soy?
Si respondiste «sí» a estas preguntas, tienes la base para un negocio exitoso y significativo.

La Neurociencia del Valor Percibido
Por Qué Tu Cerebro Te Sabotea
Los neurocientíficos han descubierto que nuestro cerebro está programado para:
- Enfocarse en las amenazas (sesgo de negatividad)
- Compararnos con otros (neurona espejo)
- Buscar validación externa (sistema de recompensa)
- Minimizar nuestros propios logros (síndrome del impostor)
Esto significa que tu cerebro está literalmente conspirando contra tu reconocimiento de tu propio valor.
La Reprogramación Neural
Para superar estos patrones, necesitas entrenar conscientemente tu cerebro para:
- Reconocer tus contribuciones únicas
- Valorar tu perspectiva auténtica
- Celebrar tus pequeños impactos
- Enfocarte en el servicio en lugar del reconocimiento
Casos de Estudio: De Cero a Millones con Valor Auténtico
Caso 1: La Mujer Que Convirtió Su Depresión en un Imperio
Sarah, una madre soltera que luchó con depresión durante años, creó un blog sobre «crianza imperfecta» donde compartía honestamente sus luchas y aprendizajes.
Resultado: En 18 meses, había construido una audiencia de 500,000 personas y un negocio de $2 millones anuales vendiendo cursos y libros sobre maternidad auténtica.La clave: No intentó ser perfecta. Compartió su valor auténtico – su experiencia real y su perspectiva única sobre la crianza.
Caso 2: El Hombre Que Transformó Su Fracaso en Fortuna
David perdió su trabajo en tecnología a los 45 años y se sintió «demasiado viejo» para competir. En lugar de rendirse, comenzó a enseñar a otros profesionales de mediana edad cómo reinventarse profesionalmente.
Resultado: Creó una empresa de consultoría que genera $5 millones anuales ayudando a ejecutivos a navegar transiciones profesionales.
La clave: Su «desventaja» (edad) se convirtió en su mayor fortaleza (experiencia y perspectiva).
La Fórmula de Desbloqueo Emocional
- Reconocimiento: Acepta que tu valor no depende de métricas externas
- Inventario: Identifica tus experiencias, perspectivas y habilidades únicas
- Replanteamiento: Cambia tu narrativa interna de «no soy suficiente» a «soy único»
- Acción: Comienza a compartir tu valor auténtico con el mundo
- Iteración: Ajusta basándote en feedback y resultados
La Estrategia de Monetización Auténtica
Nivel 1: Compartir (Gratis)
- Comparte tu perspectiva en redes sociales
- Ayuda a otros en foros y comunidades
- Escribe sobre tus experiencias y aprendizajes
Nivel 2: Enseñar (Bajo costo)
- Crea contenido educativo
- Ofrece mini-cursos
- Brinda consultoría básica
Nivel 3: Transformar (Alto valor)
- Desarrolla programas de transformación completos
- Ofrece mentoría uno-a-uno
- Crea productos que generen cambios duraderos
La Ciencia del Impacto: Por Qué Pequeños Gestos Crean Grandes Negocios
El Efecto Mariposa del Valor Humano
La teoría del caos nos enseña que pequeños cambios pueden tener efectos masivos. Esto es especialmente cierto en el ámbito humano.
Ejemplo real: Un comentario de aliento que escribes en redes sociales puede cambiar el día de alguien. Ese día mejor puede llevar a esa persona a tomar una decisión diferente. Esa decisión puede cambiar su vida. Esa vida cambiada puede impactar a cientos de otras personas.
Tu impacto es exponencialmente mayor de lo que imaginas.
La Matemática del Significado
Si impactas positivamente a una persona por día durante un año, habrás tocado 365 vidas. Si cada una de esas personas impacta a solo 2 personas más, tu influencia indirecta habría llegado a 730 personas adicionales.
En un solo año, tu valor auténtico compartido podría haber mejorado más de 1,000 vidas.
¿Cuánto vale eso en términos monetarios? Es incalculable.
El Manifiesto Anti-Gurú: Por Qué Esta Aproximación Es Diferente
La Industria del «Fake It Till You Make It»
La mayoría de los «gurús» del emprendimiento te dirán que:
- Finjas ser exitoso hasta que lo seas
- Copies las estrategias de otros
- Te enfoques solo en hacer dinero
- Proyectes una imagen perfecta
Esta aproximación está fundamentalmente rota porque ignora tu valor único.
La Revolución de la Autenticidad
Nuestro enfoque es radicalmente diferente:
- Abraza tu historia real, incluyendo los fracasos
- Desarrolla tu perspectiva única en lugar de copiar otros
- Enfócate en crear valor genuino, y el dinero seguirá
- Muestra tu humanidad, no perfección falsa

La Transformación Neurológica: Cómo Cambiar Tu Cerebro
El Poder de la Neuroplasticidad
Los neurocientíficos han demostrado que tu cerebro puede cambiar físicamente a cualquier edad. Esto significa que puedes literalmente «recablear» tu cerebro para:
- Reconocer tu valor intrínseco
- Generar confianza auténtica
- Desarrollar mentalidad de abundancia
- Crear patrones de pensamiento empoderador
Las Técnicas de Reprogramación
Técnica 1: El Diario de Valor, Cada día, escribe tres cosas específicas que hiciste que crearon valor para alguien más, sin importar cuán pequeñas parezcan.
Técnica 2: La Meditación de Perspectiva, Dedica 10 minutos diarios a reflexionar sobre tu perspectiva única y cómo podría ayudar a otros.
Técnica 3: El Ejercicio de Replanteamiento, Cada vez que te critiques, pregúntate: «¿Qué le diría a un amigo en esta situación?»
El Futuro del Emprendimiento: La Era del Valor Auténtico
El Cambio de Paradigma
Estamos presenciando una transformación masiva en cómo las personas compran y a quién siguen:
Modelo Viejo: Comprar por estatus, imagen, o popularidad. Modelo Nuevo: Comprar por autenticidad, valor real, y conexión humana.
Por Qué Este Es Tu Momento
Los consumidores están cada vez más:
- Cansados de promesas vacías
- Buscando conexiones genuinas
- Valorando la transparencia
- Dispuestos a pagar más por autenticidad
Tu valor auténtico nunca ha sido más valioso comercialmente.
La Prueba Final: El Ejercicio de Legado
La Pregunta Que Cambia Todo
Imagina que estás al final de tu vida, mirando hacia atrás. ¿Qué te daría más satisfacción haber logrado?
- Haber acumulado millones de dólares, pero sin haber impactado profundamente a nadie
- Haber vivido con menos dinero pero sabiendo que transformaste vidas y creaste significado real
La respuesta honesta a esta pregunta revela tu verdadero sistema de valores.
El Negocio Como Extensión de Tu Propósito
Cuando alineas tu negocio con tu valor auténtico y tu deseo de impactar vidas, el trabajo se convierte en una extensión natural de quien eres.
Resultado: Mayor satisfacción, mejor rendimiento, y paradójicamente, mayor éxito financiero.
Conclusión: Tu Revolución Personal Comienza Ahora
La Verdad Liberadora
Tu valor como ser humano no depende de:
- Cuánto dinero tienes en el banco
- Qué títulos cuelgan en tu pared
- Cuántos seguidores tienes en redes sociales
- Qué tan «exitoso» te ves comparado con otros
Tu valor depende de tu humanidad única, tu perspectiva irreemplazable, y tu capacidad de crear significado en las vidas de otros.
Es hora de dejar de buscar validación externa y comenzar a reconocer la mina de oro de valor que ya posees.
Tu combinación única de experiencias, perspectivas, y habilidades es tu ventaja competitiva más poderosa.
No necesitas ser «mejor» que otros. Necesitas ser más auténticamente tú.
Si este artículo ha resonado contigo, si has sentido esa chispa de reconocimiento de tu propio valor, entonces estás listo para el siguiente paso.
La pregunta no es si tienes valor suficiente para crear un negocio exitoso.
La pregunta es: ¿Estás listo para reclamar tu valor y compartirlo con el mundo?
Recuerda: Tu valor no está en duda. Solo tu reconocimiento de él.